Las organizaciones son comunidades que van evolucionando con el tiempo y que influyen en las decisiones de las personas que las conforman y ayudan a su crecimiento, influyen en su forma de vivir, de pensar, de sentir, de comunicarse, y esto, es lo que hace que una organización sea diferente a otra, así hagan la misma actividad, la cultura define quienes somos.
Si bien las empresas capitalistas tienen un propósito común como es la generación de riqueza, hoy en día la administración se ha transformado y busca su esencia a partir de teorías como la sostenibilidad, donde el propósito superior va más allá de un objetivo netamente económico, y es esa conciencia de ser empresas socialmente responsables lo que nos lleva a pensar que la responsabilidad comienza en casa, con nuestros colaboradores, quienes día a día se levantan con la convicción de realizar una actividad para garantizar su crecimiento, su estabilidad, su manutención y el cuidado de los suyos.
A veces nos llenamos de iniciativas que al final no generan ningún impacto y hasta en muchas se logra todo lo contrario, pero si miramos realmente a ese ser humano que pasa más del 60% de su tiempo en la organización o en función de ella, encontraremos la clave para tener organizaciones productivas, que cumplan con sus objetivos y que además se desarrolle con personas más felices y fieles al propósito de la empresa.
Sopórtica es una empresa que desde su fundación fue concebida sin proponérselo como una oportunidad para dar el sustento a las familias de sus colaboradores y sus dueños, cada año iba creciendo e iba fortaleciendo el legado de sus fundadores, personas sencillas, que unieron sus esfuerzos y recursos para prestar un servicio, siempre inculcando en las personas que iban contratando valores y principios como si fueran hijos, y esa sola acción tuvo el poder de arraigar una creencia que hoy por hoy todavía vive en la mente de las personas de la organización, se siente, se respira, se transmite cuando se presta el servicio, pero sobre todo edifica a las familias y a la sociedad, no es una cuestión de dinero lo que realmente mueve el corazón de las personas, es una cuestión de amor y misericordia por el otro.
Así es como se construye una cultura de más de 27 años, con convicción, con amor, con empatía, con pasión, con escucha, pero sobre todo con confianza en que aquellos que trabajan en pro de un objetivo común, están alineados en su propósito personal con el propósito de la empresa, promoviendo siempre el bienestar colectivo sobre el individual.
Así se vive la cultura organizacional en Sopórtica.