Hace mucho que nos advirtieron como humanidad que estamos sobrepasando los límites planetarios. Igualmente, resulta claro la gran interconexión y dependencia que tenemos con el ecosistema terrestre y su biodiversidad. Todos estamos conec tados. Sin embargo, nos somos conscientes de cómo estamos impactando a todos y especia lmente al planeta. Vivimos en ciudades o poblaciones que nos han alejado de la naturaleza, nos hemos aislado.
Los días transcurren ,bajo nuestra cotidianidad esta interdependencia la pasamos por alto. Vivimos el día a día olvidando esta conexión, no tenemos presente la capacidad del planeta, ni la capacidad de la atmósfera para absorber toda nuestra actividad.
Nuestra actividad humana tiene consecuencias, generamos impactos como resulta do de la quema de combustibles fósiles y de otros procesos como los agrícolas e in dustriales, pero tambien en nuestras oficinas y hogares. Cada que usamos un recur so, como el agua y la energía eléctrica, tenemos un impacto.
Como humanidad hemos creado nuevas amenazas, hace algunas décadas se habla del cambio climático como una de las más relevantes producida por el hombre, motivada por el incremento de la emisión de gases de efecto invernadero (GEi), como el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y otros productos químicos generados.
Nuestra interdependencia y conexión con el planeta ha hecho que se convierta en una crisis global. El cambio climático afecta a todas y cada una de las partes del pla neta, ninguna de ellas escapa a su grave amenaza.
Se escuchan voces en todo el mundo, unas a favor o en contra, todas diferentes dentro de su contexto y cultura que resultan en una gran disparidad de opiniones e intereses acerca del cuál es el mejor camino para seguir.
No siendo suficiente con esto, el cambio climático no solo es de fronteras o de voces, excede tambien a las generaciones. Para algunos autores, resulta desalenta dor, los peores afectados por el cambio climático todavía no han nacido, voces que todavía no escuchamos.
El problema de las emisiones de efecto invernadero afectan a la base misma de nuestra economía, nuestra economía se basa en la posibilidad de la quema de com bustibles fósiles. Lo que resulta en un nudo gordiano que tenemos todos en el cuello.
El cambio climático tambien es un problema de escala, parece avanzar lentamente bajo nuestra percepción, pero a escala geológica el problema es vertiginoso. Da la extraña sensación que no es algo que tuviéramos que solucionar este año. Nos en gañamos. Parecemos la rana que cocinan muy lentamente en agua sin percatarlo, nos quedamos inmóviles, sin acción, sin saltar, sin hacer nada mientras el agua au menta suavemente su temperatura; creyendo que no pasará nada.
Las soluciones al cambio climático -nudo al cuello que nos conecta a todos- son in equívocamente complejas. Nos implican a todos, las acciones realizadas por unos (favorables o no) nos afectan. Debemos emprender el camino a la descarbonización de nuestra economía, a la hoy en día tan nombrada, transición energética. En esta transformación debemos incluir cambios de nuestros hábitos cotidianos, mejoras en las formas de consumo, mayor conciencia con los impactos que generan nues tras decisiones, cambios profundos en nuestra cultura y manera de ver y transformar el mundo. Estos cambios no dan espera, no pueden iniciar el próximo año, el mo mento es ahora.
Empezar a revisar el tema del cambio climático en nuestros hogares y empresas es algo relevante. Revisar temas como eficiencia energética, consumo de energía, re sultan cada día más importante.
¿Oué podemos empezar hacer para contribuir a la disminución del cambio climático de manera individual, desde nuestros hogares, comunidad y empresas?
Naciones Unidas nos ofrece algunas recomendaciones en la guía de los vagos para salvar el mundo que invitamos a consultarla y empezar a ser parte del cambio que requerimos, https://www.un.org/sustainab ledevelopment/es/takeaction/.