Para la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos SAI, es un gran honor recibir este reconocimiento por parte del Congreso de la República. Un agradecimiento muy especial para el Honorable Senador Nicolas Albeiro Echeverri Alvarán por haber puesto todo su empeño para la entrega de este importante reconocimiento, el cual es un premio para todos los ingenieros y arquitectos que durante 111 años han puesto todo su esfuerzo y entusiasmo para el desarrollo de la Infraestructura física de nuestro departamento y nuestro país. A ellos, a nuestros fundadores, y a los que aún hoy están trabajando desinteresadamente por la SAI, un reconocimiento muy especial, ya que a ellos está dedicada esta condecoración que nos hace hoy el Congreso de la República.
Es muy grande el aporte que las ingenierías y la arquitectura han hecho al desarrollo. En el siglo XIX encontramos al ingeniero Inglés James Tyrrell Moore Stewart, casado con doña Nepomucena Mejía, pariente de nuestro recordado prócer Liborio Mejía. Hoy le sobreviven cinco bisnietos: Robert, James, Henry, Jhon, y Elizabeth, quienes residen acá en Bogotá. Moore, fue tal vez el más destacado ingeniero que llegó a Antioquia en el siglo XIX y uno de los motores de la industrialización y la tecnificación de la minería.
En los inicios del siglo XX, ingenieros egresados de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, se embarcaron en la tarea de conformar la Sociedad Antioqueña de Ingenieros, a quien luego se unieron los arquitectos. Ilustres ingenieros como Alejandro López Restrepo, quien ideó el Túnel de la Quiebra y trabajó en el desarrollo del municipio de Bello, con mucha razón se le conoce como el ingeniero profeta y el Ingeniero Juan de la Cruz Posada Restrepo, nacido en el Poblado de Medellín y una de las figuras más emblemáticas de la ingeniería antioqueña en la primera mitad del siglo XX, gran impulsor del ferrocarril de Antioquia, de la Ferrería de Amagá, egresado de la Escuela Nacional de Minas de la cual también fue uno de sus más destacados profesores. Recordamos hoy a la primera mujer ingeniera de Colombia, nuestra querida ingeniera y socia SAI Sonny Jiménez de Tejada, quien también fue integrante de nuestra Junta Directiva,
Ingenieros y arquitectos han realizado labores sublimes, importantes y necesarias para el bienestar de los seres humanos.
La arquitectura, definida como la técnica de proyectar y construir edificios de todo tipo, para la satisfacción de las necesidades humanas, a través de la forma, la funcionalidad y los preceptos estéticos, es considerada una de las bellas artes.
En cada período de la historia, la arquitectura ha incorporado elementos que reflejan la estética y los valores socioculturales de cada etapa específica de la humanidad
Se podría afirmar que la arquitectura nació junto con el hombre en la prehistoria, durante el Neolítico, cuando el ser humano decidió abandonar la vida nómada y se interesó en vivir en viviendas estables y recintos ceremoniales que fueron evolucionando con el avance de la historia.
No podemos olvidar los grandes aportes al patrimonio de la humanidad de la arquitectura gótica, la barroca, la neoclásica, la bizantina, la renacentista, la colonial, la preshispánica, la mexicana y todas las formas de arquitectura que han dejado y siguen construyendo un legado de muchísimo valor cultural para la humanidad.
Los inicios de la ingeniería se pueden encontrar en la edad media, con avances de gran importancia en el Renacimiento, donde se podría empezar a convertir en una profesión.
La ingeniería tuvo su origen en la antigüedad, con inventos como la cuña, la palanca, la rueda y la polea, entre otros. La ingeniería en el mundo se inicia en la ingeniería militar, ya que un ingeniero era básicamente un constructor de máquinas militares. A medida que se evolucionó en el diseño de estructuras civiles como puentes y edificios, se maduró como disciplina técnica, el término de ingeniería civil. Tal vez el primer ingeniero conocido por su nombre es IMHOTEP, uno de los funcionarios del faraón Djoser, quien aparentemente diseñó y supervisó la pirámide de Djoser, la pirámide escalonada en Saqqara Egipto, alrededor de 2630 antes de Cristo.
Son bien reconocidos los avances de la ingeniería para mejorar la calidad de vida en la época moderna.
La relevancia de la arquitectura y la ingeniería son innegables, por lo cual sobran palabras para resaltar su importancia, aspectos en los cuales la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos SAI, es un referente y validador de los logros de la Ingeniería y la Arquitectura antioqueña en más de dos siglos de historia republicana.
La ingeniería y la arquitectura en Antioquia han sido claves, con el desarrollo de obras que en su momento fueron, y hoy lo siguiendo siendo, ejemplo de nuestra pujanza: El Puente de Occidente, el Túnel de la Quiebra, la carretera al mar, el temprano desarrollo hidroeléctrico, por la necesidad de contar con iluminación, el desarrollo industrial, la minería, el palacio arzobispal, la estación Cisneros del Ferrocarril de Antioquia, el circo España, el teatro Junín entre otras.
El actual Plan Nacional de Desarrollo estableció el “Ordenamiento del territorio alrededor del agua”, lo cual generó un gran compromiso para muchas ramas de la ingeniería, que tendrán que ingeniar técnicas para hacer compatible el adecuado manejo del agua, con la demanda que de la misma hacen los diferentes sectores económicos y productivos y las mismas personas individualmente consideradas.
Un informe del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales del año 2018, señaló como en nuestro país el principal sector demandante del agua es el agrícola, con un porcentaje del total de agua demandada del 46.6% y la demanda del sector pecuario se ubica en un 8.5%, estos dos sectores que están ligados directamente a la seguridad alimentaria que debe garantizar el gobierno, suman un total de 55.1 %. Más de la mitad de la demanda de agua en Colombia se orienta a la producción de alimentos, seguida por el sector de energía, fundamental para el crecimiento económico del país, que demanda un 21.5% del total. En cuarto lugar, está el sector doméstico con el 8.2%. Estos cuatro sectores según el IDEAM demandan el 84.8% del agua del país, quedando un 15.2% para el resto del sector productivo: Transporte, comercio, industria, minería. Son cifras bastante importantes de analizar a la hora de establecer limitantes al desarrollo en algunas zonas del territorio.
El agua es finita pero el volumen de agua en el planeta es constante, repitiéndose permanentemente el ciclo de evaporación y precipitación y generándose escasez, cuando por efectos de la deforestación o del cambio climático, las velocidades de transporte del agua hacia ríos o al mar, hacen que no se garantiza su disponibilidad inmediata para el consumo.
Colombia es el sexto país del mundo con mayor cantidad de agua dulce disponible para usar, antecedido en su orden por Brasil, Rusia, Canadá, Estados Unidos y China, y el segundo en Latinoamérica después de Brasil, además tenemos mucha más disponibilidad de agua per cápita. Brasil cuenta con 26.730 metros cúbicos per cápita, y Colombia cerca a los 42.700 metros cúbicos per cápita, según datos del Banco Mundial.
La producción de energía, el segundo sector con mayor demanda de agua, Colombia tiene un inmenso potencial para el desarrollo de la hidroenergía, con la gran ventaja que el agua utilizada es devuelta a los cuerpos de agua, en la mayoría de los casos en mejores condiciones de calidad que al momento de su captación.
No se puede minimizar la importancia de la hidroelectricidad en la transición energética, ya que es un sector con un gran potencial sin utilizar, que además posee mayor firmeza en la generación energética que las otras fuentes no convencionales y con menos demanda de metales como el cobre, necesarios para el proceso de transición energética.
La generación de energía eléctrica. La energía eléctrica, indispensable para la vida y la cual se puede obtener a partir de termoeléctricas, energía solar eólica, biodigestores, mareomotriz e hidroeléctricas. Es un contrasentido hablar de transición energética y no entender que la generación hidroeléctrica es tal vez una de las formas más eficientes desde el punto de vista costo – beneficio y no solo beneficio económico, sino social y ambiental, dado el menor impacto sobre el ambiente que genera frente a otras fuentes de energía hoy conocidas. Tal vez la hidroeléctrica es la fuente energía menos demandante de minerales, de las que hoy conocemos y con la ventaja que tiene una gran firmeza en su producción.
La Unidad de Planeación Minero Energética, debe realizar grandes esfuerzos para minimizar el inminente racionamiento que en el corto plazo se avizora en el horizonte energético nacional. Se debe agilizar el licenciamiento ambiental de centrales hidroeléctricas, especialmente de las pequeñas centrales, ya que su construcción es rápida (entre uno y medio y dos años y medio, y pueden contribuir significativamente a disminuir los impactos sociales y económicos que tendría un racionamiento energético como él ya tuvo nuestro país a inicios de la década de los 90. Pero no solo es el licenciamiento ambiental, es garantizar la infraestructura para la conexión de la energía generada al sistema interconectado nacional. Vemos con preocupación como es cada vez más difícil obtener un punto de conexión para centrales de hasta 20 megavatios. Es urgente modernizar las redes de interconexión eléctrica para garantizar la entrega de la energía generada al sistema.
Para generar un megavatio de energía hidroeléctrica se requiere una tonelada de cobre, cuando para generar un megavatio de energía eólica se requieren en promedio cuatro toneladas de cobre y 110 toneladas de acero. Y para generar un megavatio de energía solar se requiere del orden de 45 toneladas de cobre.
Vamos a requerir grandes cantidades de cobre para la transición energética y en Colombia y solo tenemos una mina en producción de cobre, en el departamento del Chocó: El Roble. Otras tres en proyecto, una en Puerto Libertador en Córdoba, otro cerca a Mocoa, y un tercero en el suroeste antioqueño.
Otro sector de la producción que es muy importante analizar es la minería. Sin la minería, la vida sobre el planeta sería penosa y muy difícil. La minería ha permitido los grandes desarrollos que hoy tenemos y que nos facilitan nuestra vida y desplazamiento: vehículos automotores, aeronaves, embarcaciones, trenes (movidos por combustibles sólidos como el carbón, líquidos como los derivados del petróleo, gas o electricidad), sin la minería de metales, sin la minería del petróleo o del carbón, sería imposible moverlos. No podemos dejar de lado la minería de no metálicos que nos suministra los materiales necesarios para construcción de viviendas, edificios de todo tipo (centros de educación, industria, comercio, salud, seguridad, gobierno, entre otros) y vías urbanas y rurales que facilitan nuestra diaria rutina.
Es necesario que en el marco del desarrollo sostenible, el gobierno nacional entienda la importancia de la minería, no solo para el progreso del país, sino en la lucha contra la inequidad y la pobreza. Pero una minería legalizada, controlada y que no destruya la naturaleza, El mundo hoy difícilmente puede sobrevivir sino hay minería que facilite los minerales necesarios para la construcción de vías, de viviendas, de vehículos, de aeronaves, de embarcaciones y trenes. No podemos hoy hablar de desarrollo ferroviario, de turismo, de canales interoceánicos, de transición energética, si satanizamos la minería que permite tener disponibles los materiales necesarios para estos desarrollos.
La minería y la exploración y extracción del petróleo juegan un papel fundamental en el desarrollo y más aún en el desarrollo sostenible. Cuando hablamos de petróleo, se debe ir más allá del simplismo que lo asocia únicamente con su producción y utilización como combustible.
El transporte es un sector muy importante y del cual no se puede desligar completamente el uso del petróleo en el corto y mediano plazo, dado que las tecnologías para el uso de combustibles o sistemas alternativos para la movilidad todavía aún no están totalmente desarrolladas. Por ejemplo en el caso de autos eléctricos, existen muchos aspectos e incógnitas por resolver.
El petróleo hace parte de nuestra vida cotidiana, dada la gran cantidad de productos que se derivan del mismo, como los plásticos de todo tipo los cuales por ahora difícilmente se podrán reemplazar. La industria química, la agricultura, los lubricantes, la fabricación de llantas, la farmacéutica, requieren de insumos derivados del petróleo.
Debemos buscarle sustitutos, por ser un recurso natural no renovable pero no se ve en el horizonte cercano que el petróleo se pueda sustituir como combustible, en usos tan especializados como el transporte aéreo, terrestre y fluvial.
Si nuestro país aspira a desarrollar todo su potencial turístico y ecoturístico, tendrá que usarlo como combustible para el transporte y deberá seguir ordenadamente y planeada el proceso de exploración y explotación de los yacimientos petroleros, mientras estén disponibles.
Como decía Armando Zamora, anterior director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, en un reportaje para el periódico El Colombiano: “no otorgar más contratos para la exploración de petróleo y gas es la mayor injusticia para nuestro país, es todo lo contrario del concepto de transición energética justa que se está discutiendo en la COP”.
Nos preocupa en la SAI la política de no exploración de gas en nuestro país. Colombia ha realizado muchos esfuerzos e inversiones para utilizar el gas como combustible industrial y doméstico. Teniendo en nuestro país yacimientos de gas, es inaceptable pensar que por políticas energéticas equivocadas, tengamos que recurrir a la importación de gas, con el sobre costo que esto significa para los hogares y la economía nacional. No tiene sentido que en un país que tiene escasez de recursos económicos para atender los proyectos planteados en el Plan Nacional de Desarrollo, se decida eliminar una de las fuentes de riqueza del país y sustituirlas por importaciones mucho más costosas
Pasando al tema de la Infraestructura física, es muy importante seguir incentivando proyectos para el transporte, como ferrocarriles y carreteras, túneles y viaductos que facilitan la comunicación entre municipios y departamentos. Un país se desarrolla en la medida que tiene medios de comunicación eficientes. Esa es la razón por la cual desde la SAI hemos impulsado la culminación de la vía a Urabá, la cual generará ahorros importantes para el país y garantizará una menor generación de gases de efecto invernadero, productores del cambio climático, en la medida en que se acortan las distancias y se consume menos combustible, al igual que la conexión al pacífico, que permita conectar eficientemente, acortando distancias entre el sur del país y el eje cafetero con la costas de Urabá y el caribe colombiano.
Como decía en uno de sus escritos el ingeniero y socio honorario de la SAI José Hilario López, “las autopistas de la cuarta generación de concesiones viales (4G), actualmente en ejecución, proyectan la construcción y operación de más de 8.000 kilómetros de carreteras, incluyendo 1.370 km de doble calzada y 160 túneles, en más de cuarenta nuevas concesiones. Su objetivo principal es mejorar la competitividad del país, disminuyendo los costos y tiempos de transporte de personas y, en especial, de carga, desde los centros de producción hasta los puertos de exportación e importación. Las 4G es uno de los proyectos más ambiciosos de la historia de la infraestructura que se haya concebido en Colombia, con una inversión estimada en unos COP 47 billones”.
“No se puede desconocer que las concesiones viales le están asegurando al país la financiación, diseño, construcción, operación y mantenimiento de vías con las más altas especificaciones, unas tareas muy difíciles de atender por un Estado empobrecido y con un sector politizado. Sobre todo, va en contravía de la reducción de la pobreza, eje central de este gobierno, ya que la gente común y corriente es la que demanda calidad de vida, eficiencia y competitividad para su bienestar, para lo cual se requiere mejorar la productividad del trabajo indisolublemente ligada a la eficiencia del transporte, para importar insumos y para comercializar los productos generados por la industria y la agricultura, y en especial para disponer de buenos servicios de salud y de educación. Por supuesto las autopistas deben ser complementadas con vías terciarias de buena calidad, el conjunto que conforma la red vial nacional”.
Es muy importante garantizar la seguridad jurídica y no cambiar las reglas de juego en el tema de las concesiones viales, ya que esto redunda en incertidumbre entre los financiadores e inversionistas que en el futuro podrían interesarse por iniciativas de esta naturaleza. Cambiar las reglas de juego sería ni más ni menos que enterrar las concesiones 4G.
Debemos avanzar en el desarrollo y regreso al modo férreo. Vemos desde la SAI con preocupación como en el Plan Nacional de Desarrollo, es muy tímida la mención que se hace a la recuperación del Ferrocarril en Antioquia. Existen grandes retos en este sentido: El tren interoceánico, que conecte el Urabá Antioqueño con el pacífico chocoano, el tren de cercanías en el Valle de Aburra, y ojalá en un futuro próximo hasta el río Magdalena. No se puede descartar un tren rápido que conecte Medellín con Bogotá, ni la conexión hacia el Urabá. Gran error haber abandonado el modo férreo como sistema de transporte de carga y pasajeros.
El sector aeronáutico es bien necesario si queremos potenciar a Colombia como un destino de naturaleza. Con el ejemplo de países cercanos, sabemos que el turismo es una fuente de ingresos importante para el país, pero para ello se necesita desarrollar infraestructura, no solo aeroportuaria, sino vial y hotelera y todo aquello que atraiga al turista y haga que publicite nuestro país como destino ecoturístico.
Estamos a pocos meses de inaugurar Puerto Antioquia y se debe garantizar no solo la eficiencia en la logística de importaciones y exportaciones, sino también en el desarrollo planeado de la región de Urabá: la hermosa Tierra Prometida antioqueña, esperamos que progrese ordenadamente de la mano no solo de puerto Antioquia, sino también de los otros proyectos portuarios que se espera desarrollar en el mediano plazo en Urabá.
La arquitectura y la ingeniería han aportado demasiado al desarrollo y avance tecnológico del país, por lo cual este tributo que hoy le rinde el Congreso de la república, es fruto del trabajo esmerado de todos los ingenieros y arquitectos y lo recibimos con agradecimiento y humildad.
Al Senador Nicolás Albeiro Echeverri Alvarán, impulsor de esta iniciativa, nuestro eterno agradecimiento, sienta que la SAI sigue siendo su casa, que lo acoge con orgullo, por todo lo que desde el Congreso de la República viene haciendo para el desarrollo de nuestra profesión.
No seremos inferiores al nuevo reto que esta Orden del Congreso en grado Comendador recibida, nos impone e impulsa a seguir trabajando con entusiasmo para el progreso de nuestro departamento y nuestra querida nación.