La delicada situación de suministro futuro del gas natural en Colombia
El gas natural es un combustible fósil muy limpio compuesto fundamentalmente por metano. Se utiliza con claras ventajas en numerosos procesos industriales, en la producción de energía eléctrica en centrales térmicas, en el movimiento de los vehículos que funcionan a base de gas natural, los cuales representan una cantidad importante en el país, y en los hogares donde desde hace años se hizo una campaña en nuestro país para reemplazar la electricidad en los fogones y hornos, con gas natural, llegándose a que buena parte de los hogares sean alimentados por redes de gas natural.
Resulta sorprendente el manejo que le ha dado el actual gobierno al gas natural. Como quedó claramente expresado en su discurso ante las Naciones Unidas, el presidente Petro considera que los combustibles fósiles son un veneno y que hay que erradicar ese veneno. De acuerdo con esa idea, ha dado todo tipo de señales al país sobre su intención de suspender o disminuir las exploraciones de los combustibles fósiles, incluyendo en ellas al gas natural. Esto es supremamente grave porque, si realmente el país decide seguir con esta equivocada estrategia, se llegará a que no producir más gas natural, como también a que hay que dejarlo de explorar. Con ello, se van a agotar las reservas que tiene el país y todas las instalaciones que existen para procesarlo y llevarlo a los distintos consumidores, instalación en las cuales se han hecho inversiones gigantescas, van a quedar subutilizadas o inútiles. Como de todas formas no se puede reemplazar el gas natural de inmediato, ni siquiera en el plazo medio, tendrá que proceder el país a importar gas natural. Ello implica grandes sobrecostos para todos los usuarios, incluyendo en ellos a muchísimas comunidades y personas. No es únicamente un sector potente empresarial el que consume el gas natural. La comunidad en general consume gas natural y seguramente va a sufrir aumentos importantes de precio de este producto, si se decide importar como alternativa de suministro para el país.
Considera la SAI que Colombia debe cambiar estas posiciones extremistas. Más bien debe continuar con sus políticas de exploración de pozos de gas natural y de producción del mismo. El gas natural tiene muchas aplicaciones en el sector productivo, no solamente en su uso como combustible. Se requiere, por ejemplo, en los proyectos que se están concibiendo para producir hidrógeno y va a ser una fuente natural de materias primas para esos procesos y también de energía para ellos. Se requiere en muchos procesos que tienen que ver con la fabricación de plásticos, de fertilizantes, donde hay necesidad de emplear el gas natural como materia prima.
No tiene sentido alguno que en un país que tiene escasez de recursos económicos, que se manifiestan en que el gobierno expresa que está corto de presupuestos para poder atender sus proyectos, se decida eliminar una de las fuentes de riqueza del país y a sustituirla por importaciones mucho más costosas. No se entiende el razonamiento en este caso, porque se va a seguir consumiendo el mismo gas natural o más en el futuro, sea que se produzca en el país o que se importe. Por lo tanto no se puede pretextar que se destruya el sistema nacional de generación de combustibles, para proteger el planeta, si se importan cantidades semejantes de gas natural de otro lugares, entendiendo que en estas importaciones hay consumos de energía adicionales, para comprimir el gas, para expandirlo, para transportarlo y además el precio base va a aumentar. Entonces no se advierte ningún razonamiento correcto en este proceso que parece desear el gobierno, y consideramos que es más bien una total ausencia de sentido común.
Naturalmente que estas cosas han sido ya expresadas en la opinión pública y ante ellas el gobierno y Ecopetrol parecen responder; pero lo hacen de forma errática, para atenuar las críticas. En resumen, no se puede dar el mensaje de que vamos a acabar con el gas natural y a la vez celebrar que aparezcan pozos productores. El mercado necesita señales claras porque esto implica grandes inversiones, procesos de mediano y largo plazo, diseños y mucho trabajo de ingeniería. Entonces no se pueden hacer estas cosas de manera errática sujetas al capricho de un presidente que está enloquecido en su papel de salvador del planeta y defensor de la coca y de la selva.
En este sentido planetario no es claro que la posición del presidente sea la más adecuada. Existen grandes controversias sobre la forma en que hay que hacer las transiciones energéticas en el mundo y no parece lógico que Colombia sacrifique su sistema económico para asumir el liderazgo de procesos, en los cuales hay otras formas de trabajar, además de las transiciones energéticas que el presidente trata de impulsar. Es bueno anotar que estas transiciones tampoco las está haciendo adecuadamente el gobierno nacional. Entonces estamos a punto de enfrentar crisis en varios aspectos en el sector energético. Hacemos un llamado a la cordura del presidente y de sus ministros y asesores.
Enrique Posada
Centro de Pensamiento SAI
Octubre de 2024
